La práctica del croquet en las islas tiene una muy antigua tradición. Sus orígenes se remontan hasta principios del siglo pasado, ligado a la importante presencia británica en las islas, fundamentalmente en Gran Canaria y Tenerife.
El deporte en general fue una actividad que se popularizó en estas dos islas gracias a los ingleses, que fundaron toda una serie de clubes deportivos. Así podían practicar sus aficiones favoritas, y aliviar el tedio y la monotonía de la vida lejos de la metrópoli. De este modo, Canarias se convierte en el lugar donde aparecen los primeros clubes nacionales de golf, cricket, tenis, croquet, etc.
Ingleses y canarios llegaron a relacionarse en la práctica de estos deportes, entremezclándose sin importar las nacionalidades, tal y como evidencia la prensa local de la época, donde a partir de 1907 parecía como si se hubiesen despertado los entusiasmos por toda clase de deportes.
En un principio, la vida pública de la comunidad británica se desarrollaba principalmente en los jardines, bien fueran públicos como el de la iglesia o el hotel, o bien pertenecientes a residencias particulares, en los que era posible relacionarse y a la vez estar en contacto con la naturaleza.
Fue también gracias al desarrollo del turismo unido a esta influencia británica y al gran número de viajeros procedentes de ese país, que se contó con campos de Croquet en los lujosos hoteles de la época, donde era habitual que clientes locales y foráneos practicaran el deporte. Hoteles como, por ejemplo, el Gran Hotel Taoro en el Puerto de La Cruz, el Hotel Buen Retiro en Güímar o el Hotel Pino de Oro en Santa Cruz disponían de campos de Croquet.
[…] En 1902, año que las tropas británicas pusieron fin a la guerra de los boers en Sudáfrica, empezó a tomar forma la idea de un club deportivo. Mientras, residentes como el capitán Hamilton Boyle, el reverendo Humphreys, el doctor Lisham, o señores como Wooley o Osbert Ward, se reunían para jugar unos partidos en la Casa San Antonio, de la familia Boreham. Había una cancha de tenis de cemento y un césped para el croquet, un juego de alta sociedad que muchos confunden con el cricket, otro juego inventado por los ingleses, completamente diferente, y muy difícil de explicar sobre papel. Los mismos señores se reunieron de nuevo en El Robado, la magnífica mansión del coronel Wethered, con el vicecónsul Thomás Reid y el señor Gregory. Los jardines de esta casa, que por alguna razón hoy en día es una abominable ruina, eran amplios. En ellos también jugaban al croquet y al antiguo juego de bolos de una manera sumamente científica con intermedios civilizados para tomar el té y para disfrutar de sus picnics. […]
John Reid y Nicolás Lemus
Club Inglés, Puerto de La Cruz
Anuncios del Gran Hotel Taoro y el Hotel Pino de Oro, ofertando el Croquet como parte de sus actividades
Campos de Croquet del Gran Hotel Taoro, Puerto de La Cruz. Años 20
En 1906 se crea el Club Inglés con el nombre de “Orotava Bowling and Recreation Club”, donde el croquet, los bolos y el tenis eran los deportes preferidos. El club se legalizó en 1908 al registrarse como una sociedad nacional. Por lo tanto, se puede afirmar que fue el primer club de Croquet de España.
La casona y jardines de San Fernando, El Robado, Puerto de La Cruz
Club Inglés, Puerto de La Cruz
Garden Croquet, Tacoronte, 1979
Estos madrugadores orígenes dieron lugar a que el Croquet fuese un deporte o juego relativamente habitual en Tenerife. Practicado comúnmente en muchos jardines de la isla en su modalidad de pasatiempo, y disfrutando de un gran arraigo en la isla. La larga trayectoria de este deporte en nuestra tierra ha propiciado ciertas particularidades en su juego, que hacen que algunos hablen del croquet canario como una modalidad de croquet diferente.
Su práctica generalmente ha sido de carácter recreativo y no tanto deportivo, vinculada a jardines particulares. Dicha circunstancia unida a la difícil orografía de Tenerife implica que siempre estemos ante campos de croquet relativamente pequeños. Se conocen numerosos jardines privados en la isla con campos de croquet, o simplemente jardines donde ocasionalmente se clavaban los aros para disfrutar de una tarde de deporte.
Un bonito ejemplo lo constituye el campo de croquet del Sitio Litre. Considerado el jardín más antiguo de Tenerife, se trata de un espacio en el que la naturaleza y la historia se funden en una maravillosa casona y jardín del siglo XVIII. Tal espacio estuvo asociado a la figura de Archibald Little, quien adquirió la casa a una compañía holandesa de exportación de vinos establecida por la familia Pasley. Múltiples fueron los viajeros que encontraron descanso entre sus dependencias, como el famoso botánico, explorador y descubridor alemán Alexander von Humboldt o Agatha Christie. Quién sabe si esta última jugó en su campo de croquet durante su estancia.
Croquet Lawn, Sitio Litre, Puerto de La Cruz